La diabetes es un conjunto de trastornos
metabólicos, que afecta a diferentes órganos y tejidos, dura toda la vida y se
caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre:
hiperglucemia. La American Diabetes Association, clasifica la diabetes mellitus
en 3 tipos: la diabetes mellitus tipo 1, en la que existe una destrucción total
de las células β, lo
que conlleva una deficiencia absoluta de insulina; la diabetes mellitus tipo 2
o no insulinodependiente, generada como consecuencia de un defecto progresivo
en la secreción de insulina, así como el antecedente de resistencia periférica
a la misma; la diabetes gestacional, la cual es diagnosticada durante el
embarazo; y otros tipos de diabetes ocasionados por causas diferentes. La causan
varios trastornos, siendo el principal la baja producción de la hormona
insulina, secretada por las células β de los Islotes de Langerhans del páncreas endocrino, o por su
inadecuado uso por parte del cuerpo, que repercutirá en el metabolismo de los
hidratos de carbono, lípidos y proteínas. La diabetes mellitus y su
comorbilidad constituyen una importante causa de preocupación en salud pública.
Los síntomas principales de la diabetes
mellitus son emisión excesiva de orina (poliuria), aumento anormal de la
necesidad de comer (polifagia), incremento de la sed (polidipsia), y pérdida de
peso sin razón aparente. En ocasiones se toma como referencia estos tres
síntomas (poliuria, polifagia y polidipsia o regla de las 3 P) para poder
sospechar diabetes tipo 2 ya que en su mayoría son los más comunes en la
población. La Organización Mundial de la Salud reconoce tres formas de diabetes
mellitus: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional (ocurre durante el embarazo),
cada una con diferentes causas y con distinta incidencia.
Alimentos prohibidos para diabéticos
Azúcar: los que padecen diabetes tienen
terminantemente prohibido consumir azúcar y todo aquel alimento que lo
contenga. En este grupo se incluyen el azúcar refinado y el moreno, el
chocolate, la miel, los pasteles, los jarabes, el helado, las mermeladas, la
bollería, las galletas dulces, los snacks dulces industriales, los edulcorantes
artificiales y los jugos enlatados.
Frituras: todos los fritos están dentro de los
alimentos prohibidos para diabéticos porque luego se convierten en azúcar en
sangre. Además, aumentan el colesterol. Prefiere siempre hornear o hervir los
alimentos en vez de freírlos. Los fritos aportan grasas que no son saludables y
a la vez muy perjudiciales para nuestra salud. Todas las personas, diabéticas o
no, deberían evitarlos.
Sodio: la sal y sus derivados tampoco son
recomendados para los diabéticos. Algunos de ellos son los aderezos para
ensalada, las salsas preparadas, los frutos secos, los snacks con sal añadida y
la sal de mesa (fina o gruesa).
Grasas: en este grupo se encuentran las carnes
que no son magras, las yemas de huevo y los embutidos. Además aumentan el
colesterol y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Harinas refinadas: están presentes en el pan
blanco, las pizzas, las pastas, las galletas, las medialunas, los bizcochos,
etc. En lugar de consumir harina refinada (blanca) opta por la de trigo
integral, que es mucho más saludable y contiene altos niveles de fibra.
Lácteos enteros: Todos los derivados de la
leche que no sean descremados o light están prohibidos para los diabéticos
porque son ricos en grasas y azúcares. En este grupo se encuentran la
mantequilla, los quesos (también el crema o el cottage), la margarina, el
yogur, la crema y la nata. También los platos que contengan mucha cantidad de
lácteos.
Las verduras: Comer verduras crudas y cocidas todos los días
es muy recomendable, ya que son sanas para todos, incluyendo a las personas con
diabetes. Las verduras le proporcionan vitaminas, minerales y fibra comestible,
con muy pocas calorías.
El número de porciones que usted debe comer
cada día depende de las calorías que necesite y de cómo se cuida de la diabetes
en acuerdo con su especialista.
Almidones: Los alimentos que contienen grandes
cantidades de almidones son el pan, los granos, los cereales, las pastas y las
verduras feculentas. Hasta hace algunos años se creía que no se debía comer
muchos almidones, pero este consejo ya no tiene fundamento. Coma algunos
almidones en cada comida. Comer almidones es saludable para todos, incluyendo a
las personas con diabetes, si saben administrarlos y combinarlos con otras
comidas.